Lo más importante no es tal o cual detalle concreto, sino la visión de conjunto. Los peritos de la CIDH nos invitan y dan elementos para darnos cuenta de la magnitud del operativo, de su duración y, por último –pero no menos importante–, de su complejidad: 43 desaparecidos, seis muertos y un estudiante brutalmente torturado y ejecutado ya son de por sí algo bastante atroz. Pero el GIEI nos recuerda que no fue lo único, que están también los 40 heridos, más decenas de estudiantes y ciudadanos en general que sobrevivieron al ataque, a pesar de que fueron emboscados, perseguidos, golpeados y sometidos a fuego indiscriminado a lo largo de las tres horas que duraron los actos de violencia, además del terror inducido en el conjunto de la población. En otras palabras, si en vez de esos 43 desaparecidos y seis ultimados no tenemos por lo menos un centenar de muertos que lamentar no fue por falta de ganas de los perpetradores.