El domingo 18 de abril una nueva tragedia su sumó a la sombra de muerte que año tras año se dibuja en el Mar Mediterráneo. Un viejo barco pesquero se hundió y murieron casi un millar de personas que iban a bordo. Todas ellas migrantes, viajeros que escapaban de la guerra, la explotación, la marginación o el desempleo que se vive en sus países.