Nosotras las mujeres, hermanas de lucha del Congreso Nacional Indígena, con mucho dolor pero también con gran corazón, hacemos llegar hasta otras geografías: el reconocimiento a la lucha de un pueblo digno como lo es Xochicuautla, donde sus jóvenas y jóvenes como DAVID, iniciaron desde abajo, el camino por la vida y la construcción de un mundo mejor.