En general, después de analizar con los más pre-modernos equipos de inteligencia, de l@s estudiantes les puedo decir que un número no determinado de personas que asisten a la escuelita – falta verlas para contarlas-, son sucias, feas y malas. Sin importar su edad, su credo, su color, su peso, su seso y su sexo, se han conducido, durante toda su vida, con absoluta irresponsabilidad frente al Poder en cualquiera de sus formas; han recibido el repudio de sus respectivos círculos sociales por su terco inconformismo; han escandalizado a las buenas conciencias y a policías del comportamiento; han reiterado su rebeldía y su pasión por la libertad a pesar de los asegunes; y han militado según su conciencia y no según las modas a modo. En resumen: no se han vendido, no han claudicado, no se han rendido. Les aviso para que luego no se quejen de que mal hablan de ustedes por andar en “malas compañías”.