Tal vez usted se pregunte quién o cómo nos enseñó a resistir, a luchar, a perseverar. Y, sobre todo, se pregunte por qué no están, sentados a su lado y como unos estudiantes más, los pueblos originarios de México y del Mundo, particularmente de Latinoamérica. La respuesta es sencilla: porque ellos han sido, y son, nuestros maestros.