Desde París: incluso bajo el estado de emergencia, lucharemos por la libertad

Compañeras y compañeros presxs.

Compañeras y compañeros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de la Sexta, de la Red contra la represión, del Congreso Nacional Indígena, de los medios libres y de la Cruz Negra Anarquista.

Compañeras y compañeros que luchan, abajo y a la izquierda

Llegaron hasta nuestro colectivo las convocatorias para la “Jornada nacional e internacional por nuestras compañeras y compañeros presos políticos”, que se desarrollan del 6 al 13 de diciembre de 2015, así como las convocatorias para la campaña “Voces para la libertad” y para la retransmisión colectiva “Los queremos libres”.

Como colectivo, queremos saludar estos esfuerzos, y saludar a todxs los presxs, particularmente a los presos amigos de la voz del Amate, a lxs presxs de Tlanixco, a Cemeí Verdía, a Mumia Abu Jamal y a Leonard Peltier, a Álvaro Sebastián Ramírez, a Miguel Ángel Peralta y a lxs presxs de Eloxochitlán en Oaxaca, así como a sus familias y sus compañerx, y a todos aquellxs que, desde abajo, luchan contra la prisión y el encierro.

En esta ocasión, queremos también compartir con ustedes la gravedad de la situación que vivimos hoy en día en Francia, en donde los últimos atentados que sufrimos el último 13 de noviembre en París le sirven de pretexto al Estado para reforzar, tanto su política de guerra en Medio Oriente, como para reprimir de manera inédita las luchas sociales en Francia y la población en general.

Como quizás se enteraron, el gobierno francés decidió declarar un día después del 13 de noviembre, como supuesta medida de “protección” ante los atentados, el “Estado de emergencia” durante tres meses, y proceder a varios cambios constitucionales que darán aún más poderes a las fuerzas militares y policiacas francesas. La consecuencia inmediata de estas medidas fue la prohibición del derecho a manifestarse en los espacios públicos, los controles fronterizos, la realización de miles de cateos en
todo el país, el arresto domiciliario de todos los individuos declarados “sospechosos” por el Estado y la neutralización de los derechos de defensa.

Como era previsible, esta represión ha acentuado la estigmatización de la población inmigrante de los barrios pobres de Francia, sospechosa de ser “responsable” de estos atentados, aunque bien sabemos que el terrorismo islamista es, antes que nada, financiado y protegido desde hace decenas de años por las monarquías y carteles petroleros que controlan el Medio Oriente, y cuyos representantes en Qatar, Turquía y Arabia Saudita han sido desde siempre los invitados de honor de los políticos franceses.

Dentro de toda esta agitación, ni una palabra sobre las condiciones sociales que explican el poder de reclutamiento de Daesh. Ni una palabra sobre las injusticias cotidianas que terminan por dar sentido al hecho de que miles de jóvenes salieron de Francia para unirse a las filas del Estado Islámico, y elegir así una muerte “gloriosa” más que una vida miserable… Ante este malestar, la severidad a ultranza, el repliegue identitario, el fichaje y el encierro, el reforzamiento de la opresión, los bombardeos sin sentido en Siria, etc., fueron las respuestas previsibles y dramáticas del Estado francés ante estos atentados, sumergiendóse deliberadamente en el juego de Daesh.

Pero el callejón sin salida continúa su enraizamiento ante nuestros ojos, silenciosamente, en el aislamiento, el desempleo, la estigmatización, en la organización misma de nuestra vida social. Los discursos sobre la seguridad pública no nos hacen olvidar que el llamado es sobrecogedor, visceral, para que los lazos y la solidaridad se construyan ahí, rápidamente, en donde fueron olvidados por mucho tiempo, y que este estado de emergencia ha acrecentado esta realidad ya violenta y contundente. Nos toca entonces a nosotrxs, ahora más que nunca, escuchar y hacer que sean escuchadas esas voces para defender nuestras existencias y libertades, y reafirmar que ahí existe una resistencia concreta ante la persecución de aquellos que están en la precariedad y ante la autovigilancia.

Nos gustaría, por otro lado, hacerles saber que estas medidas de represión fueron también desplegadas en contra de los participantes en los eventos y manifestaciones previstos en estos días contra la cumbre climática mundial, que tuvo lugar en París.

Después de haber padecido el traumatismo de estos atentados que, al igual que los bombardeos militares, tienen como objetivo, antes que nada, a los inocentes, con el fin de aterrorizar a la población civil, hoy, además, se nos impone soportar la supresión de nuestro derecho a manifestarnos y a ocupar los espacios públicos, los cateos generalizados e injustificados de la policía y el arresto domiciliario totalmente arbitrario de varios de nuestras compañeras y compañeros, implicados o no en las movilizaciones contra la cumbre climática de la hipocresía.

Un compañero afectado expresaba al respecto: “hay que aclarar que el arresto domiciliario y el control judicial tres veces por día, es una condena. No es una medida preventiva, es una medida punitiva, que se asemeja a una condena de encarcelamiento; de hecho, es un poco lo mismo que estar forzado a llevar una pulsera de vigilancia electrónica. Esta condena es impuesta sin indagación previa, sin juicio, sin pruebas e, incluso, sin infracción. Se castiga un perfil (en este caso, el mío), es decir, no me sancionan por algo que haya hecho, sino por lo que soy (o lo que se supone que soy).”

Queremos manifestarles que el uso, desde ahora asumido, de tales medidas de “neutralización preventiva” por parte del Estado francés es especialmente preocupante para nosotrxs. Aún más en un contexto, en el cual tememos, para enero de 2016, un posible ataque masivo de las fuerzas policiacas en contra de la lucha que se opone a la construcción del aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes y su “Zona por defender”

Están a punto de terminar la farsa internacional de la cumbre climática de París y el espectáculo desolador de las actuales elecciones regionales, que no hacen sino confirmar la uniformización de las autoridades políticas, militares y policiacas de este país alrededor de los valores de la extrema derecha. En este contexto, sobre todo, continuaremos por nuestra parte luchando por la libertad y la autonomía, a pesar de toda esta propaganda mediática que busca convencer a la gente del pueblo para que confiemos en nuestros verdugos para “protegernos” del caos mundial.

Por lo tanto, manifestamos nuestra completa solidaridad con todxs lxs compañerxs afectados por la represión, tanto en Francia como en México, y los invitamos a denunciar y a permanecer atentos a lo que pudiera pasar en Francia y en Notre-Dame-des-Landes durante los próximos meses.

¡Desde este París adolorido y bajo asfixia, compañeras y compañeros, les enviamos miles de abrazos!

Comité de Solidaridad con los Pueblos de Chiapas en Lucha (CSPCL – Paris)

Ver en línea : CSPCL