Durante 29 ½ años el estado norteamericano ––sus policías, sus fiscales, sus cortes, sus medios de comunicación–– han buscado el silencio final del periodista africano-americano revolucionario Mumia Abu-Jamal. Ahora tienen unos cómplices auto-denominado “abolicionistas” que hacen su tarea. Uno de ellos está de visita en México aparentemente para limpiar su sucia imagen, colándose al movimiento por la Paz y Justicia con Dignidad impulsado por el estimado poeta Javier Sicilia y asumido por el EZLN y miles de mexicanos. Se llama Renny Cushing. Y surgen varias preguntas. Primero que nada, ¿cómo es posible que una persona sin dignidad ofrezca algo a este movimiento?