El 26 de septiembre de 2014 fueron los gritos de indignación e impotencia de los estudiantes frente a los disparos de policías y militares. Al día siguiente fueron los gritos de los padres que junto con los estudiantes y abogados, en aquella Normal Rural, se ponían de acuerdo para ir a buscarlos a Iguala. También se encontraba la población de los alrededores y las personas que escucharon a través de las noticias lo ocurrido.