Artículo de Raúl Zibechi: No se trata de pensar el campo de concentración como espacio cercado de alambradas y torres de vigilancia, sino como mecanismo más sutil (a veces), que reduce nuestras vidas a un mero ir y venir desde el trabajo (casi esclavo) al consumo (ambos en espacios hipervigilados con cámaras). Vida biológica, donde a los sujetos les han quitado la menor posibilidad de regular sus tiempos de trabajo y de reproducción. Heteronomía en estado puro, como ya sucede en la maquila, pero en realidad en todos los espacios y tiempos de la vida cotidiana. Dominación de tiempo completo. Por eso Agamben señala que la vida desnuda, nacida en los grandes estados totalitarios del siglo XX, es hoy la vida "normal".