En tiempos de guerra, permanecemos en constante tensión. No podemos descuidarnos, ellxs están alerta todo el tiempo, no descansan y nos vigilan noche y día; es inevitable no sentir la sensación de conflicto, de rebelión constante y pura que se mezcla con la adrenalina. Se ha tornado tenso el panorama, los rumores corren y estamos en el seno de la contienda; la administración se muestra violenta, pues ha visto atacada su “nobleza”, se muestran correctos en el trato burocrático, sin embargo la tensión en la cárcel, es imposible no notarla; esta reacción es natural y en efecto parte de la guerra que se libra entre los muros…