Entre el 10 y el 14 de febrero el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) realizó su sexto congreso en Brasilia, quizá el más importante en sus 30 años porque debe definir nuevos rumbos. Entre 12 y 15 mil delegados participaron en el encuentro que destacó, como ya es habitual en el movimiento, por su sólida organización, asentada en la disciplina y el trabajo colectivo, pero también por el colorido, la mística que se desplegó a lo largo de todo el evento en canciones, representaciones y performances que dieron el toque emotivo que se ha convertido en seña de identidad de la organización campesina.