El Poder no tiene inconveniente en que sus ridículos sean temas de sobremesa, pero si, por ejemplo, los nuevos “terroristas internacionales”, es decir, las redes sociales, pasan del escarnio a la movilización… pues entonces sí empiezan a sonar los “teléfonos rojos” (ok, ya sé que ya no se usan, pero creo que me entienden) en los centros del Poder Mundial, es decir, en los centros financieros. Porque una cosa es indignarse individualmente frente a la injusticia, y otra cosa es hacerse colectivo de Indignados. En suma, los problemas se ponen serios cuando las “manitas abajo” en la red, se transforman en puños desafiantes en la calle… y en el campo.