San Luis Potosí

5 de junio. Lo prometido es deuda

, por adesalambrar, Machaca

5:30 a.m., las luces del gimnasio se prenden. Buen día, ya levántense por favor. Perdón por despertarlos, pero soy de la comisión de mentadas de madre… Dice una voz ronca, al tiempo que cosecha el fruto del trabajo de su comisión.

Va mi resto de ayer, o antier no estoy seguro…

Después de la lúcida intervención de Julián Le Barón en San Luis Potosí, llegó el turno de Sicilia, todo iba como siempre hasta que dijo la palabra Calderón y comenzaron las mentadas… Que no entendieron lo que dijo Julián. Y Javier, quién había mantenido una ecuanimidad notable en los actos anteriores, perdió los estribos y comenzó a regañar a los mentadores de madres. Al parecer el discurso de Julián acerca de la violencia y su génesis caló hondo en el gandhiano. Fue un momento extraño, quienes estábamos junto al templete fuimos testigos de cómo Sicilia estuvo a punto de perder el control, pero por suerte no fue así. El morelense logró encontrar su centro de nuevo y sacó la que en los últimos discursos ha sido su carta más fuerte. El boicot y la desobediencia civil como formas de resistencia no violentas. Llamó a la gente a volver a las enseñanzas de Gandhi, incluso recomendó a los asistentes ver la película y leer sus textos.

Los eventos de la tarde enrarecieron un poco el ambiente en la caravana, durante toda la noche se sintieron los ecos de lo que para muchos fue una pifia de Sicilia. Incluso se escucharon rumores de que habría una ruptura de varios grupos con el movimiento por desacuerdos en torno al pacto. Pero al filo de la medianoche todas las diferencias quedaron saldadas con una asamblea en la que se estuvo perfilando lo que será el formato del pacto, que al parecer consistirá en mesas de trabajo en torno a los distintos puntos para así dotarlos de forma y fondo. Se habló de que pudieran quedar, como condiciones del pacto, la resolución de los 8 casos emblemáticos.

Estos casos, en muchos sentidos son y reflejan el punto de no retorno al que este país ha llegado en cuanto a impunidad y desvergüenza de todo el aparato gubernamental. El asesinato de los 6 miembros de la familia Reyes Salazar, el de Rubí y su madre Marisela Escobedo, el de Susana Chávez, Bety Cariño y Jiri Jaakola, las 49 semillas de vida que murieron en la guardería ABC, el de Erick y Benjamín Le Barón y Luis Widmar Stubbs, el de los jóvenes de Villas de Salvarcar y los de Morelos.

8 casos que por muchas razones representan el dolor de una nación entera, de un país completo que se llama México, y en el cual, vivimos, y sobre todo, viviremos. Y en ese vivir colectivo, como cotidianamente lo dice Sicilia, no hay izquierda o derecha, aunque yo preferiría pensarlo como, no hay abajo ni arriba, no hay clases sociales. El dolor de estas muertes se encuentra expandido y esparcido en toda la sociedad, la violencia, como dice Julián Le Barón, está en todos nosotros y en todos nosotros está como detenerla.

Pero eso no significa que no sean pocos, muy pero muy pocos, los responsables de que la violencia se encuentre diseminada a lo ancho y largo de la sociedad, ya no sólo mexicana, sino global. Y esos pocos, no son entes abstractos de un engranaje global, esos pocos tienen nombres, nombres apellidos y cargos. El presidente del Banco Mundial, el del FMI, el del departamento del Tesoro de Estados Unidos, son sólo algunos de los jefes que a sus órdenes tienen a medios mandos como Genaro García Luna o Felipe Calderón. Son ellos los responsables de la violencia, son ellos los que han engendrado un sistema, que ya de por si podrido, se ha vuelto como un cadáver sin cal.

Es ahí cuando si debe existir el abajo, la izquierda o las clases sociales, en la perspectiva que tiene que tener esta lucha, pero sin olvidar dos cosas esenciales, que la violencia nos afecta y compete a todos y que no tiene sentido pretender, con más violencia, parar esta barbarie.

Y en el caminar de esta caravana, tan sui generis como puedan imaginarse, esa perspectiva, desde abajo, a la izquierda y en contra de un capitalismo voraz y asesino ha alimentado la esperanza de cientos de personas que ya desde hace un par de días caminamos los caminos de este país, pudiendo, por primera vez en mucho tiempo, simplemente disfrutar los hermosos paisajes del norte de este país.

En este día en el que el recuerdo, de 49 almas que por la negligencia de toda una clase política perdieron sus vidas, estuvo presente a lo largo de toda la jornada, conviene recordar las palabras que el subcomandante Marcos dirigió al Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio.
Allá arriba deberían saber que no sólo el dolor une, también el ejemplo de tenaz lucha que en ese dolor se anima.

Ver en línea : Día 3 - La Caravana rumbo a Durango