Dónde está el fuego?

Primera Convención Universitaria De Artes Circenses (iv)

, por adesalambrar, Machaca

Historia de monociclos y de flamas

Crónica del segundo día

Parte 2

por Machaca

Al señor rector le preocupa que algunas actividades son riesgosas- decía un hombre que creo que era el director de actividades deportivas de la UNAM, al tiempo que señalaba hacia la luz de las sirenas estacionadas frente a la facultad de Derecho –Es por eso que tenemos estas ambulancias, listas para cualquier emergencia.

Como te parte las bolas que interrumpan algo tan chingón para dar los clásicos agradecimientos institucionales. Pero el hombre parecía estar diciendo algo digno de ser escuchado, y, si al final de cuentas esto era una nota periodística, supuse que tenía que registrar en mi libreta algunas de las frases que mencionara el canoso sujeto.

¿Desean ustedes que próximamente se haga otra convención universitaria de artes circenses?- Preguntó el funcionario, mientras la multitud aullaba, gritaba y aplaudía–Estoy empezando a sospechar que si. Los burócratas, como los políticos, tienden a tratar a las masas de forma indulgente y estúpida. Era obvio que todos deseaban que hubiera otra convención, probablemente todos los presentes se encontraban pensando que lo ideal sería que la carpa nunca abandonara las Islas. Si le pusimos la primera, tiene que haber una segunda- Atajó a decir el elocuente orador. Populismo en pleno. Una goya sacudió la carpa, mientras un sujeto con aire de Tizoc se aprestaba a tomar el micrófono. Dijo algo de que en los talleres se daba una formación técnica, artística y conceptual. Que la gente necesita un espacio para mounstrearse, digo mostrarse y mostrar su arte. Al menos este hablaba nuestro idioma. Portémonos bien para que las autoridades continúen apoyando. Una goya más.

Quién es guey?- Preguntó una voz de entre los asistentes -Los que hacen posible este pedo. Le respondió una aguardientosa voz que no parecía salir de ningún lado. El funcionario intentó hacernos sentir importantes cuando nos confesó que a pesar de que en esos momentos se encontraba jugando la selección de basquetbol en una competencia importante, él estaba con nosotros, atendiendo nuestras demandas. Vamos a hacer que esto crezca- Finalizó diciendo, y una goya hizo temblar el piso de todo el campus central.

Una pausa en la continuidad del espectáculo dispersó a los asistentes, hecho que aprovechamos una amiga y yo para colocarnos hasta adelante, justo enfrente de la tarima. No estaba seguro si era la mejor idea, porque según tenía entendido habría fuego, y la idea de tener a alguien haciendo girar una pelota en llamas a dos centímetros de mi nariz no me parecía que pudiera ser el resultado de un buen agandaye.

Mientras una canción gitana repetía el nombre Carolina en las bocinas del lugar, un sujeto intentaba armar un cubo de rubik en menos de un minuto. Los primeros 20 segundos fueron emocionantes, pero después de pasado el medio minuto la mayoría de la gente dejó de poner atención. Supongo que lo logró, porque comenzó a sonar el estruendo de GAS GAS, del buen Goran Bregovic y dio inicio la segunda parte de la función.

Un tipo enloquecido, vestido de frac y con un casco rojo de tae cuan do en la cabeza anunciaba el siguiente acto. Un improvisador, que al parecer traía consigo a su bella prima. He de confesar que al principio era escéptico en cuanto a la posibilidad de que aquellos dos sujetos me pudieran sacar alguna buena carcajada. Pero rápidamente su habilidad histriónica me tuvo riendo como idiota todo el tiempo. Pidieron al público de ambos lados del escenario, que les proporcionara un lugar, en donde iniciaría la improvisación, y otro, en el cual terminaría. Al principio, el aglutinamiento de voces hizo imposible distinguir siquiera una palabra entre todo ruido que hacían los del lado derecho. Pero en algún momento una voz en cualquier lugar gritó, PULKATA. Y ante la posibilidad de que el actor se hiciera el desentendido y eligiera algún lugar que pudiera ya tener ensayado. Un coro comenzó a gritar Pulkata! Pulkata! Pulkata! Hasta que el improvisador no dijo que la improvisación comenzaría en una Pulquería del Polo Norte. No me quedó claro porque en el polo norte, pero todos quedamos satisfechos. Una voz femenina impuso que la improvisación terminara en la Luna. La actuación de los dos actores fue brillante. Nunca me habría imaginado que una corbata podría servir como la lengua de un perro y nunca se me hubiera ocurrido que en una pulkata alguien rechazaría un curado y pidiera uno natural, por temor a enfermarse de la enfermedad de la cual se habría curado el curado.

Las luces se volvieron a apagar para que pudiéramos disfrutar la sombra de una chica, que parecía malabarear algo así como una lámpara sorda, con la cual alumbraba al público y a una pelota que bailaba por todo su cuerpo. Después de ella, fuimos honrados con la presencia de Adan y Eva, quienes comenzaron a danzar sensualmente mientras un par de extrañas y coloridas criaturas trepaban por las telas que colgaban de lo más alto de la carpa. El rock y las imágenes psicodélicas de una proyección amenizaban el momento. En cuestión de segundos la pareja bíblica se convirtió en una mujer de colorido cabello acompañada por un sujeto con gabardina y estetoscopio, estos preguntaban a la multitud acerca del origen del huevo. Y señalando hacia un extraño y voluminoso objeto en el escenario preguntaban a sus curiosos observadores. Quién puso tremendo huevo?, habrá sido el Ave María- Mientras reía estúpidamente de un chiste que no sabía si era bueno o malo, una mujer salió del huevo y trepo a un aro que al igual que las telas y las chicas encaramadas a ellas, colgaba de la parte más alta de la estructura que nos sostenía. Ante su temerario acto, muchos pensamos que en cualquier momento nos caería encima, inclusive había algunos que ya se encontraban listos para recibirla en sus brazos, pero todo salió bien y el acto concluyo con un mensaje por demás elocuente. La TIERRA NO ES DEL HOMBRE, EL HOMBRE ES DE LA TIERRA.

El extraño animador del evento anunció que desde aquel momento, las siguientes presentaciones correrían a cargo de extraterrestres. Quienes por estrictas leyes interplanetarias estaban impedidos de ejercer ningún oficio que no fuera el de abogado o el de cirquero. Y el cómico comentario comenzó a cobrar sentido cuando un sujeto apodado Dany Pelotas comenzó a equilibrar… pelotas, con casi cualquier parte de su cuerpo e inclusive en el cuerpo de una bella voluntaria del público, a la cual, para desgracia de todos, no le pudo sacar un suculento beso en la boca. Para finalizar su acto, logró equilibrar 3 pelotas de diferentes tamaños y seis aros que giraban de una u otra forma a su antojo. Mientras aplaudía, pude ver como la chica que había puesto a girar seis ula ulas se encontraba sentada, como una más, observando a sus compas haciendo gracias.
Después siguieron 3 sujetos que hicieron volar 10 clavas, sin que se les cayeran demasiadas veces. Era sumamente hipnotizante la forma en la que las clavas giraban por los aires sin sentido aparente y eran cachadas y vueltas aventar por alguno de los tres malabaristas, los talleristas probaron por qué es son ellos los que enseñan. Siempre es agradable ver a alguien disfrutando de hacer lo que sea que haga para ganarse la vida. A medida que pasaban los actos, las barreras de lo inimaginable comenzaban a perderse. Y a pesar de que casi todos los que pasaron hacían básicamente lo mismo, malabarear objetos (los más posibles) por todo el escenario, cada quien lo hacía de una forma especial y característica, la cual hacía que cada acto fuera mejor que el anterior y, salvo por unos payasos demasiado decadentes, todo fluyo en ascenso hacia la brillantez.

El show terminó y por desgracia para todos, nos tuvimos que ir. Poco a poco la multitud se fue disolviendo y satisfechos todos, comenzamos a emprender el camino hacia el metro. La bici me habría ofrecido una veloz y eficaz retirada, pero en esos momentos, caminar con la masa parecía ser la mejor opción. Casi todos llevaban algo circqueríl, aros, pelotas, clavas, monociclos, zancos, palos. En algún momento un sujeto bastante extraño me enseñó su báculo… y su corona, de algo que parecía ser una extraña aleación de papel mache y el cuerpo desmembrado de un alebrije. Y, a pesar de que sus desorbitados ojos no lo hacían parecer una persona de fiar, decidí tocar sus extraños objetos y comprobar con mis propios dedos la extraña y colorida textura que parecía tener su báculo, que, por cierto, era curvo y poco uniforme, a diferencia de cualquier báculo que yo pudiera imaginar. Aunque claro, ahora que lo pienso, no estoy muy seguro de qué es un báculo. E inclusive si no fuera porque lo tengo anotado en mi libreta podría haber dicho bastón u oráculo. Pero la tinta no miente. Lo cual me recuerda… NO HUBO FUEGO!, nada, ni una miserable vela balanceándose encima del torso desnudo de alguien colgando de un aro en el techo, nada. Y el flyer ese decía FUEGO, NOCHE DE FUEGO. Lo recuerdo muy bien.

En fín. Mañana será otro día. Que por cierto, ya es hoy.

P.-S.

Fotos de Emmanuel Adamez