COINTELPROs: En aquel entonces y ahora

, por Coatl

Escrito para la Audiencia Popular sobre el Racismo y Violencia Policial
en Oakland, California, 19 y 20 de febrero, 2011

¡A movernos! ¡Viva John Africa! ¡Todo el poder al pueblo!

Les mando saludos a todas y todos mientras observamos lo que está
pasando en el mundo e intentamos determinar por qué y cómo. Cuando la
mayoría de la gente escucha el acrónimo COINTELPRO (el código del FBI
para su PROgrama de COntraINTELigencia), piensan en los años ’60 y tal
vez el partido de los Panteras Negras, Weatherman, o el movimiento
anti-guerra.

De hecho, este programa de Estado no empezó en los ’60; tampoco terminó
en los ’70, a pesar de los reportajes periodísticos o afirmaciones de
los voceros de Relaciones Públicas del gobierno.

Ya me lo sé porque hice investigaciones, leí los informes del gobierno y
leí archivos, muchos de los cuales fueron descubiertos en una entrada
forzada a las oficinas del FBI en Media, PA, a principios de los ’70s, y
también leí los escritos de desertores del FBI quienes contaron la
historia secreta.

Y claro, escribí de esto en mi libro, Queremos Libertad: Una vida en el
partido Panteras Negras, el cual tiene todo un capítulo sobre el COINTELPRO.

Les aseguro que por ahí la cosa no empezó y ahí no terminó.

¿Supieron que hay archivos del FBI sobre Marcus Garvey (fechados 1919)?
¿sobre Martin Luther King? ¿sobre Dick Gregory? ¿Supieron que el FBI
intentó procurar que la mafia asesinara a Dick Gregory—un humorista? Sí,
leí el archivo.

Lo que los activistas tienen que entender es que el gobierno ––cualquier
gobierno––tiene como objetivo a los activistas.

Cuando París estaba en un estado de agitación contra un rey incompetente
y la gente empezaba a quejarse en las tabernas, la policía secreta y los
informantes estaban tomando apuntes. ¿Cómo lo sabemos? Porque después de
la Revolución Francesa, cuando el rey fue derrumbado, encontraron
aquellos informes, llamados cahiers. Se pueden leerlos hoy en día en los
museos para aprender lo que los trabajadores y campesinos franceses
pensaron de Luis XVI. ¡Y eso fue en los 1780s!

¿Saben lo que es la diferencia principal entre el COINTELPRO de los ’60s
y los programas de hoy? Casi todos los operativos de los ’60s—los
allanamientos de morada, la grabación en secreto de activistas, el
hostigamiento y asesinato de ellos, incluyendo las operativos
clandestinos que el FBI llama “trabajitos de bolsa negra”—eran
ilegales. Los agentes eran capacitados y advertidos que en caso de ser
atrapados, tendrían que arreglárselas por su cuenta. Irían a la cárcel.

¡Cómo cambian las cosas en unas pocas décadas! Porque bajo la llamada
Ley Patriota, casi todo lo que era ilegal en aquel entonces, es legal
ahora. Congresistas reconocen que, por el miedo, aprobaron la iniciativa
de ley después de “9/11” sin leerla. Ah, sí. Y ahora el gobierno de
Obama tiene todo listo para reautorizarla en cualquier momento.

Intervenciones telefónicas secretas, trabajitos de bolsa negra,
desestabilización de los movimientos con la utilización de soplones, de
informantes, ataques contra los activistas y medios masivos vendidos ––
todas estas cosas son características de un Estado de seguridad
nacional, en el cual la gente tiene ilusiones de la democracia,
elecciones, etc, pero el gobierno fisgonea cada rincón de la vida
persona, erradica a la gente y destruye los movimientos sociales con
tácticas criminales.

Los movimientos sociales, tales como el movimiento Oscar Grant contra la
brutalidad policiaca, tienen que estudiar los movimientos del pasado,
aprender a evitar unas de las trampas puestas por el Estado y su brazo
derecho ––los medios corporativos.

Pero la represión, la represión estatal, tiene una historia en Estados
Unidos que antecede la adopción de la Constitución, y por eso es algo
muy profundo en el psique de la sociedad. Si no fuera así, Estados
Unidos no habría recurrido a la tortura tan fácilmente, tan rápidamente.

Hoy en día existen, en la práctica aunque no en la ley, la tortura, las
prisiones secretas, la entrega extraordinaria (a países que torturan y
matan cuando se le ordene) —todo a nombre de Estados Unidos. Así se
gastan tus impuestos.

Una cosa más: para los que se preguntan si el COINTELPRO era o es real:
hace varios días, vi una vieja película clásica en blanco y negro.
Estaba en francés con subtítulos en inglés, pero aunque parezca raro, se
trataba de una americana en París. La estrella era una hermosa joven
llamada Jean Seberg. Dudo que la mayoría de ustedes conozcan su nombre,
pero lean Queremos Libertad y verán como el FBI y una prensa chismosa la
llevaron a la desesperanza, a un aborto espontáneo y al suicidio,
simplemente por apoyar a los Panteras Negras. Es real, hermanos y
hermanas. Está en marcha hoy en día.

Grabado para la Audiencia Popular por PrisonRadio.org, el 6 de febrero
de 2011.
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com

Traducción Amig@s de Mumia, México