La Realidad, contexto de guerra

En estos últimos años en el territorio de la JBG de La Realidad el Frayba ha documentado diversos eventos donde la contrainsurgencia del gobierno mexicano, junto con agentes no estatales trata de destruir al proyecto de autonomía de las comunidades zapatistas. Esta acción de contrainsurgencia está relacionada a los intereses del control territorial y vulnera los derechos colectivos a la tierra, el territorio, recursos naturales, autogobierno, autonomía y la libre determinación.


I N F O R M E

La Realidad, contexto de guerra

Jobel, Chiapas, México

mayo de 2015

Al Maestro Zapatista Galeano:

A un año de su partida a Otra Realidad, su ejemplo y lucha nos sigue enseñando que la dignidad se afirma más allá de la muerte.

El territorio en disputa

Desde su aparición pública, en 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha dado cuenta de la sistemática acción del Estado mexicano, para frenar la autogestión de los pueblos autónomos que buscan vivir a plenitud sus derechos y cultura. Durante estos últimos 21 años han denunciado públicamente una serie de acciones de hostigamiento, represión y cooptación que, como parte de los planes de contrainsurgencia, buscan restar simpatías a la alternativa política, civil y pacífica que propone una renovada generación de hombres y mujeres zapatistas.

En el año 2003 el EZLN, bajo la premisa de hacer cumplir los Acuerdos de San Andrés en Chiapas, formalizó el inicio del gobierno civil representado a través de cinco sedes de la Junta de Buen Gobierno (JBG). Cada gobierno autónomo tiene bajo su jurisdicción a distinto número de Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) cuyo proyecto se desarrolla a través de distintas Áreas y Comisiones de trabajo.

En la zona Selva Fronteriza, la JBG “Hacia la Esperanza” integra a cuatro MAREZ y ocupa un espacio administrativo en la sede del Caracol 1 “Madre de los Caracoles, Mar de Nuestros Sueños” con sede en la comunidad La Realidad, municipio oficial de Las Margaritas en Chiapas.

Desde entonces las JBG han denunciado la manera en que distintas organizaciones y comunidades han transitado por la vía del desgaste a la polarización como resultado previsible de la guerra total, que desde los gobiernos en turno se ha impulsado, hasta conseguir la confrontación de quienes, en otras etapas, han coincidido en la reivindicación de demandas históricas bajo principios políticos en común.

En ese contexto quedó confirmado el falso cambio de régimen con la supuesta alternancia en el poder que simula la clase política, quienes mantienen intacta la organización, estructura y presencia territorial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las comunidades de Chiapas, reproducen los vicios, corruptelas y conservan en impunidad las situaciones de exigencia de justicia, los cuales les son útiles para confrontar a quienes se oponen a mercantilizar el territorio de acuerdo a lo que demandan las actuales reformas estructurales en México, que profundizan y aceleran el despojo territorial de los pueblos.

El uso de la pobreza como instrumento de manipulación

En Chiapas, los índices de extrema pobreza, marginación y olvido también han sido el vehículo para que el gobierno estatal y federal continúe con la acelerada cooptación y división comunitaria que se aconseja en los planes militares para combatir la insurgencia en Chiapas y así restar posibles aliados del proyecto político zapatista por la autonomía y la vida de los pueblos indígenas.

Dentro de estas expresiones, la más visible y publicitada, se realizó el 21 de enero de 2013 en el municipio de Las Margaritas, uno de los territorios emblemáticos del bastión zapatista en 1994; bajo ese escenario el Presidente Enrique Peña Nieto, junto al Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, dio inicio al programa “Cruzada Nacional Contra el Hambre” como parte de los paliativos que lucran con la pobreza y renuevan la dependencia oficial para que perviva el servilismo incondicional.

Del programa mencionado se ha develado ya uno de los objetivos políticos, al utilizar éste para
reposicionar a las Fuerzas Armadas de México en la “zona gris”
1
catalogada así por ser consideradas
como posibles territorios de expansión de la insurrección y generar cooptación en pueblos indígenas en resistencia.

Con el programa Cruzada Nacional Contra el Hambre, al corto plazo de la instalación de los Comités Comunitarios, se creó una estructura que impactó directamente en la división comunitaria, sobre todo en las zonas de influencia zapatista beneficiando en los hechos, a los mismos grupos clientelares, lo que no resuelve los mínimos de demandas añejas de soberanía alimentaria.

Así, el objetivo más importante de los programas de dependencia oficial, es anular la construcción de alternativas civiles, garantizando la continuidad de la pobreza, buscando maquillar los estándares de desarrollo en el marco del discurso de respeto y garantía de los derechos humanos, tratando también de invisibilizar las condiciones que padecen millones de víctimas de las políticas gubernamentales.

Su objetivo no es atender ni resolver las causas de fondo, sino persistir en las políticas populistas de fracaso estructural, pero que sirven para la utilización política electoral, de manipulación y control social.

Se ha insistido que en Chiapas, los programas gubernamentales han servido como herramienta de contrainsurgencia en contra de las comunidades en resistencia, en particular las que luchan por la autonomía. Como muestra de ello, basta leer lo descrito por Luis H. Álvarez, ex titular de la Comisión para el Diálogo y la Paz en Chiapas en el gobierno de Vicente Fox (2000–2006) y Presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en el gobierno de Felipe Calderón (2006–2012), quien en su autobiografía “Corazón Indígena” relata sus reuniones con supuestas Base de Apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (BAEZLN) en diferentes comunidades de Chiapas.

Otra persona involucrada en fomentar la contrainsurgencia desde el poder municipal es Florinda Santiz, actualmente regidora por el Partido Acción Nacional (PAN), quien se ha encargado desde el 2004 a promover proyectos en la zona de La Realidad. Fue aliada de Luis H. Álvarez y uno de sus objetivos se enmarca en la estrategia de la cooptación a los líderes del EZLN. Como él mismo lo reconoce en el incumplimiento de los Acuerdos de San Andrés “el gobierno federal parecía apostar a que el simple devenir del tiempo llevara a situaciones de desgaste al EZLN.”

La contrainsurgencia en Chiapas

Durante estos últimos 21 años de Conflicto Armado Interno, en Chiapas ubicamos actualmente que las estrategias están enfocadas en la guerra de espectro completo, una guerra de impacto psicosocial donde se emplean todos los medios de los gobiernos para ocultar las problemáticas reales que el pueblo organizado plantea. Es la guerra velada en un sentido y, en otro, abierta contra el “enemigo interno”. Conforma un frente común intergubernamental bajo el pretexto de combatir a grupos delincuenciales, como el narcotráfico, permitido, fomentado con el involucramiento directo por funcionarios del gobierno mexicano desde los años ochenta y claramente enraizados hoy en las estructuras de los gobiernos, municipal, estatal y federal.

(Lee el resto del informe en el documento PDF anexo)