Marcha en Barcelona por los estudiantes de Ayotzinapa

En México, cada 20 de noviembre se celebra la Revolución Mexicana de 1910. Sin embargo, en esta ocasión la celebración tuvo un significado especial. En vez de los actos oficiales con discursos vacíos y alejados de la realidad socioeconómica del pueblo mexicano, los protagonistas fueron los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero.

​Desaparecidos no por arte de magia, sino por la represión policiaca y el
crimen organizado que predomina en México en los últimos años.
Desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre, y desde entonces,
paradójicamente, su presencia se ha reproducido en todo México y en muchas
otras partes del mundo, donde la gente reclama en voz alta: *¡Vivos se los
llevaron, vivos los queremos!*

Barcelona es una de las ciudades en donde los 43 estudiantes de Ayotzinapa
han hecho presencia. Una presencia que cobra vida con las palabras de dolor
e indignación de los cientos de personas que han salido a las calles de la
ciudad condal para exigir justicia, para demandar al Estado Mexicano
(presidido por Enrique Peña Nieto) que resuelva el caso, que no mienta, y
que entregue con vida a los estudiantes.

Este 20 de noviembre, convocados por la cuarta Jornada Global por
Ayotzinapa, más de 500 personas tomaron la calle en Barcelona para
solidarizarse, una vez más, con los padres, amigos y compañeros de los 43
estudiantes desaparecidos. La cita fue en las Ramblas, el centro neurálgico
del turismo barcelonés.

A partir de las ocho de la noche comenzó la concentración en la parte alta
de las Ramblas. No sólo había mexicanos, compañeros de Catalunya y de otros países también estaban allí para levantar la voz. La indignación es tan
grande que ha cruzado fronteras ¿Cómo es posible tanta injusticia? ¿Cómo es
posible tanto salvajismo?

La palabra se levanta y camina. Se levantan también los carteles, se
encienden las velas, y una musiquita comienza a sonar: un grupo de chicas
jaraneras han venido a compartir sus melodías de son jarocho (música
tradicional mexicana). Inicia entonces una marcha que baja a un costado de
las Ramblas. Y su presencia cobra vida. A pesar de estar desaparecidos, los
43 estudiantes de Ayotzinapa están aquí: *¡Vivos se los llevaron, vivos los
queremos!* Es la consigna que después del 26 de septiembre la gente no se
cansa de repetir y gritar.

La marcha avanza, dobla a la altura de la calle Portaferrissa y llega
finalmente a la Plaza de la Catedral de Barcelona. Allí los participantes
nombran, uno a uno, a los 43 estudiantes desaparecidos. Y acusan: *¡Fue el
Estado, fue el Estado!* El Estado mexicano es el responsable de esta
injusticia, y viene otra consigna: *¡Que renuncie, que renuncie!*, que
renuncie Enrique Peña Nieto, presidente de México, quien hasta ahora no ha
sido capaz de resolver el caso ni ofrecer justicia

“Ayotzinapa es la suma de la indignación” dice uno de los participantes a
través de un altavoz. Y tiene razón. En los últimos años, no sólo han sido
asesinados y desaparecidos los estudiantes de Ayotzinapa. Hay cientos de
personas inocentes que también han sido asesinadas y desaparecidas por las
fuerzas policiales y militares. Y Ayotzinapa, en efecto, es la suma de esa
indignación.

Entonces se hizo el silencio. Se pidió un minuto de silencio en solidaridad
con los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Mientras no haya pruebas fehacientes
de que están muertos, la consigna es que aparezcan con vida. Es lo que
exigen sus familiares y es la demanda que se apoya.

Como antes se mencionó, este 20 de noviembre ha sido especial. Incluso, en
el zócalo de la Ciudad de México el gobierno decidió clausurar los festejos
oficiales de la Revolución Mexicana. En su lugar, los protagonistas fueron
los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Ellos también, como los
zapatistas de la Revolución, han luchado por democracia y justicia. En ese
sentido, la Revolución Mexicana no fue relegada, sino más bien reivindicada.

Texto: César Rojo

Fotos: Felipe Rubalcaba