Barcelona: Una luz por los estudiantes de Ayotzinapa

Barcelona, miércoles 22 de octubre de 2014. Plaça Catalunya. Son las ocho
de la noche. Hace poco más de media hora que desde esta Plaça partió una
manifestación de la *Vaga de Totes*, una huelga de mujeres que hoy se
celebró en Barcelona. Ahora, la Plaça está casi vacía y sólo algunos
turistas deambulan por aquí y por allá.

El tiempo avanza, y de pronto, poco a poco comienzan a llegar unas
lucecitas, como luciérnagas. Son hombres y mujeres, mexicanos, catalanes, y
de otros países, quienes han escuchado el dolor y la rabia de los
estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el Estado de Guerrero, México.
Estos hombres y mujeres, de varios colectivos y organizaciones, se han
convocado aquí, en la Plaça Catalunya, para ofrecer una luz por los
estudiantes de Ayotzinapa.

Van apareciendo con sus pancartas, con sus palabras de indignación y con
una lucecita. Una veladora encendida por los estudiantes asesinados, por
los heridos, y por los 43 normalistas desaparecidos desde el pasado 26 de
septiembre.

Ese día, un grupo de policías y sicarios del crimen organizado atacaron a
estudiantes de Ayotzinapa. Los acribillaron, los hirieron, a uno lo
desollaron, y a 43 los desaparecieron. Desde entonces, no se sabe nada de
ellos, y el gobierno no ha sabido dar una explicación; sólo ha mostrado
ineptitud, ineficacia y estupidez.

La consigna de los familiares, amigos y compañeros de los 43 estudiantes
desaparecidos es clara: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Los estudiantes de Ayotzinapa conforman un movimiento social que lucha por
una educación digna, justa y de servicio al pueblo. Son jóvenes, en su
mayoría campesinos de origen indígena, que se preparan para trabajar como
profesores en zonas rurales de Guerrero, uno los Estados más empobrecidos
de México.

El gobierno los ha abandonado desde hace años, y les ha recortado recursos
y presupuesto. Ellos se niegan a desaparecer porque saben que su función es
aprender, educar y servir a la población. Un pensamiento que han heredado
de profesores y luchadores sociales como los míticos Lucio Cabañas y Genaro
Vázquez, quienes también fueron estudiantes en la escuela normal de
Ayotzinapa.

Para sobrevivir, los estudiantes se organizan, hacen protestas, exigen
apoyos, y realizan diversos tipos de movilización para conseguir recursos:
comida, transporte, materiales didácticos, libros, etc. La respuesta del
gobierno ha sido la criminalización y la represión.

En diciembre de 2011, en el marco de una protesta, la policía les disparó y
mató a dos estudiantes normalistas. No obstante, lo acontecido el pasado 26
de septiembre fue un acto de brutalidad y crueldad inaudito; una suma de
represión policial y salvajismo que en los últimos años ejercen los grupos
criminales en México.

La reacción de la sociedad civil ha sido contundente: protestas y
manifestaciones en diversas ciudades mexicanas y en el extranjero. El 8 de
octubre se convocó a una movilización internacional, y en Barcelona se
realizó una concentración en la Plaça Sant Jaume.

Este miércoles 22 de octubre se convocó a una segunda movilización
internacional, y en Barcelona, el acto de reunión ha sido, en esta
ocasión, la Plaça Catalunya. Las lucecitas se reúnen en círculo, levantan
el megáfono y lo dicen alto y claro: “¡Vivos se los llevaron, vivos los
queremos¡ Demandamos la presentación con vida de los 43 estudiantes
desaparecidos por las fuerzas represivas”.

También denuncian la incompetencia del gobierno de Enrique Peña Nieto,
actual presidente de México, y exigen justicia, “que se castigue a los
culpables”. Y demandan la destitución de Ángel Aguirre, gobernador de
Guerrero.

“Ayotzinapa duele, no es posible tanta injusticia”, dice uno de los
oradores en la concentración. Y explica: “nos convoca el dolor y la
indignación, y estamos aquí porque ante tanto terror, mantendremos una luz
de esperanza y solidaridad con nuestros hermanos estudiantes de Ayotzinapa”.

Y lo vuelven a gritar fuerte: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos¡
Un grito que resonó en la Plaça Catalunya, y que se repitió en París,
Madrid, Londres, Buenos Aires, La Paz, Bogotá, y en muchas otras ciudades
de otros países y en todo México.

Texto: César Rojo. Fotos: Felipe R.