Derrame en el río San Juan: respuesta de autoridades lenta, opaca e insuficiente

4 de septiembre de 2014

 Con la reforma energética, y la proliferación de proyectos de fracking, veremos más accidentes que contaminarán fuentes de agua, suelos y aire.

 Los riesgos de contaminación son mayores debido a la actitud pasiva y omisa de organismos gubernamentales encargados de proteger al ambiente y a la salud de la población

En la Alianza Mexicana contra el Fracking vemos con preocupación la reacción de las autoridades frente al derrame de hidrocarburos en el río San Juan. “A más de dos semanas del siniestro, hemos podido constatar que las autoridades han actuado con suma lentitud y opacidad al atender este desastre” mencionó Juan Alberto Hernández, también integrante del Frente Amplio Ambientalista.

El río San Juan es uno de los más importantes del estado de Nuevo León. Además de ser sostén de un ecosistema único en el clima semiárido del noreste del estado, sus aguas son aprovechadas para la actividad agrícola, y llenan la presa El Cuchillo, la cual provee una parte importante del agua potable que se consume en la zona metropolitana de Monterrey. Por ello el derrame de crudo dado a conocer el 16 de agosto de 2014 por la prensa, y sobre el cual Pemex notifica en un boletín al día siguiente, tiene un alto impacto inmediato sobre la naturaleza y las poblaciones aledañas. Además en el mediano plazo podría afectar también a la población de la capital nuevoleonesa.

Es urgente que las autoridades y agencias gubernamentales pertinentes ofrezcan información precisa y completa sobre el derrame de hidrocarburos ocurrido, de tal forma que las localidades afectadas conozcan los riesgos que implica el contacto con el agua contaminada. Deben ser atendidas las demandas de la población afectada, en particular, la disponibilidad suficiente de agua potable y el saneamiento de sus redes de distribución; así como los daños a la salud de numerosas personas, suscitados a partir de la ocurrencia del derrame de hidrocarburos. Además, exigimos que la recolección del hidrocarburo sea pronta y extensiva, y que se desarrolle un plan para la reparación de daño ambiental y de compensación a la población afectada, tomando en cuenta que los daños del derrame no pueden eliminarse en poco tiempo.

La cuenca del río San Juan se encuentra en una región donde existen proyectos de exploración de hidrocarburos de lutitas. La técnica de fractura hidráulica o fracking – la cual utiliza cientos de miles de litros de agentes químicos, muchos de ellos tóxicos, por cada pozo – podría ocasionar daños aún mayores a los ocasionados por el derrame actual. Ni con la regulación más exigente se puede garantizar el prevenir los daños por esta técnica. Más aún, el potencial de daño se incrementa en un escenario como el que vemos a la luz del lamentable evento en el río San Juan, y en otros casos como en el río Sonora, donde hemos constatado la ausencia de organismos gubernamentales que protejan de manera efectiva al medio ambiente, impidan la contaminación de acuíferos y suelo, y procuren la reparación de daños al medio ambiente y a la población.

El derrame de hidrocarburos en el río San Juan representa una muestra clara de que los daños al ecosistema sostenido por ese río, y el riesgo de contaminación de la presa El Cuchillo, son demasiado altos comparados con los supuestos beneficios económicos de continuar y profundizar la apuesta por la explotación de hidrocarburos. “Debido a la fragilidad del ambiente, y al alto impacto social que la contaminación de las cuencas hidrológicas presenta, exigimos que se prohíba el fracking en Nuevo León y el resto del país” concluyó Hernández.

Contacto: en Nuevo León, Juan Alberto Hernández

juan.alberto.hernandez.arreola@gmail.com Teléfono: 81 17 93 22 51.

Ver en línea : AMvsFracking