Someter-Controlar

Contaba mi abuela que su mamá consumía vinos cordiales, coca y cigarrillos de mariguana para paliar el asma que padecía; y que esto lo compraba en la botica de su barrio. Mi abuela nació en 1910 año en que inició la revolución; la gente, contaba mi abuela, consumía opio en forma de láudano, pues era legal y usual. También decía que en los periódicos y revistas, se anunciaban estos fármacos y sus propiedades curativas. A la hermana de mi abuela la trataban con hidro- alcohol, pues tenía altas cantidades de morfina para aliviar el dolor. La hermana de mi abuela padecía de esclerosis múltiple (el posible pariente que me heredó esta enfermedad).

El padre de mi abuela concurría a los fumaderos de opio por prescripción médica. Él compraba mariguana en el mercado de la Merced, donde también vendían hojas de coca, jarabes de amapola, semillas de adormidera y tinturas de opio. No había prohibición alguna, pues eran usados con fines medicinales y recreativos. Al parecer esto cambió por la relación de los políticos con el narco. La prohibición se convirtió en un negocio muy rentable; del ciudadano común consumidor (la mayor de las veces por prescripción médica) al gran mercado interno y transnacional de mariguana, coca, amapola, ahora éste operado por el ejercito, la marina, el C.C.E y Telesistema mexicano y por supuesto la presidencia de la república. Los grandes consumidores de drogas ahora ilícitas, están en el empresariado, las televisoras, el ejército y el sistema judicial del país. La guerra contra las drogas es una falacia: el estado contra el estado: los poderes judiciales, legislativos y ejecutivos están sumergidos en esta logística para que el mercadeo y la economía sustentada por esta maquinaria corrupta sea eficaz.

"Ya no fumo mariguana"
"Ya le dije adiós al ron"

"Ahora tengo en tu mirada
"un droga mejor"

Cantaba yo en un blues grabado en mi moderno celular; y cada que llamaban
sonaba con harto volumen, pues era el timbre de respuesta.

"El invierno está en el barrio"
"busca un arrendador"

"Se llevaron mi cobija"
"A otro barrio mejor"

Y luego venía un laaaargo bending de armónica para rematar con la estrofa final: "Pásame otro cenicero y un encendedor, " las cenizas son recuerdos de
tabacos del amor".

Aquí me descosía con un solo en mi Blues Harp Hohner no recuerdo en qué tono, pero sonaba espeso y profundo.

De chavo no sufrí el estigma de "hazte un lado; éste es un mariguano", al contrario, era la primera droga a experimentar, después del tabaco ( más dañino), y luego le seguía una larga lista de drogas experimentales.

Corrían fuertes rumores de que la CIA, infiltraba droga a la muchachada para aquietarla y no anduviera de revoltosa con eso de la revolución de la primavera ni contra la guerra gringa contra el Vietnam; y que esta había inventado el ácido lisérgico o por lo menos financiado al ingeniero químico Timothy Leary para que fuera exitosa la invención distractora y destructora del pensamiento libertario o de menos, que dos generaciones nos claváramos en la textura y chitón, a otra cosa que no fuera política o social ( también se rumoraba que en los barrios negros, en los 30’s y 40’s , la heroína corría por cuenta del Estado que la distribuía mediante un programa para el control de las ’Panteras Negras’ comunistas y negros subversivos, por desgracia muchos músicos de blues y de jazz se hicieron adictos a esta droga y muchos fallecieron, por ejemplo, Miles Davies, Ray Charles y Charlie Parker y otros que vivieron el infierno de la abstinencia. Es verdad que las drogas han sido usadas por los estados de muchos países como medio de control de la conducta subversiva y como desactivante del pensamiento crítico.

"¿Qué prefieres? ¿Molotovs en las calles o drogadictos en la banqueta" versaba una rola de " The Last Poets", grupo de artistas afro-americano contestatario, ligado supuestamente a Ángela Davis, líder politica subversiva. En México fuimos testigos del Avandarazo, en el que estuvo involucrado Luis De Llano, creador del grupo "Timbiriche". A los que asistimos nos consta que el ejercito repartía mariguana y otro tipo de estupefacientes.

Y que después Telesistema mexicano desató un campaña en contra del rock mexicano para satanizarlo y descentralizarlo de la capital. El rock es una corriente cultural subversiva y peligrosa para la estabilidad del sistema.

En la actualidad, el rock ha sido domesticado por la industria mediante las distintas modas y sub-géneros como el pop. Estos rasan la superficie de lo genuinamente existencial y contracultural; norman patrones de conducta, si acaso aparentemente irreverentes y los deslegitimiza. Entonces en la radio comercial, el lineamiento ideológico es NO contravenir " lo normal" como parámetro social y mostrar el producto comercial ( la canción) como un repaso "indispensable" de la trivialidad reduciéndolo a una simple cuestión de "gustos" y no como la propuesta estética de una visión diferente de la realidad.

Los sistemas de control se agotan para dar forma a otros más sofisticados, pero devienen en crisis cuando el sustrato social no encuentra representatividad (lo vemos con los actuales partidos políticos y sus líderes).

Carecemos de una visión histórica y cultural; de instituciones que respalden la necesidad de la gente de reafirmar su sentimiento de pertenencia por medio del conocimiento de sus raíces. Los movimientos políticos y sociales tienen un impacto en la cultura. El pensamiento progresista debiera ser punta de lanza y no el estatismo y la inercia. Un país sin cultura es un país sin memoria, la ignorancia y la pobreza son formas de control.

Crear blues y rock en español en este país, significa asumir la palabra como una herramienta indispensablemente representativa de nuestra condición humana dentro de una sociedad cuya finalidad es someter y controlar.

Blues y Luz

José Cruz. 2013. Copyright.