¿Educación? ¿Encarcelamiento?

por Mumia Abu-Jamal

Me pidieron escribir sobre la educación y el encarcelamiento, y las conexiones entre ellos.

He escuchado y leído sobre la ‘tubería’ o el ‘conducto’ de la escuela a la prisión, pero no estoy muy de acuerdo con la metáfora.

Les diré porqué. Hace unos días recibí una carta de un joven que había abandonado la escuela en el primer año de bachillerato. ¿Por qué? No simplemente por estar aburrido, sino que las materias no tenían sentido para él.

No fue hasta muchos años después, al enterarse de la historia oculta de la que nunca había escuchado en la escuela, que se animó a tomar los exámenes para recibir un diploma de equivalencia del bachillerato. Ahora estudia en la universidad.

Este no es un ejemplo de un conducto. El sistema educativo de hoy es una prisión, donde los cuerpos están encerrados en celdas (las llamamos aulas) y las mentes están encerradas en mentiras e ignorancia, mientras los espíritus se marchitan y se vuelven cáscaras muertas. Las escuelas se han convertido en un lugar donde se envían las mentes a morir.

Ahora voy a hacer trampa, pero no se sorprendan porque hago lo mismo que las y
los estudiantes y maestros tienen que hacer hoy día para escapar de la parodia y la tragedia provocadas por la obsesión con someterlos a exámenes ––una manía que hace estragos en las escuelas tanto bajo Obama como lo hacía bajo Bush, para enriquecer a los saqueadores corporativos de la educación.

Digo que estoy haciendo trampa porque dejo a un lado mis propias palabras para recurrir a uno de los educadores más grandes de los siglos diecinueve y veinte: W.E.B. DuBois.

DuBois daba clases en unas de las mejores universidades de Estados Unidos: la Universidad de Atlanta, la Universidad Fisk, y la Universidad de Pensilvania (donde daba conferencias).

Pero en lo que yo considero su obra maestra, Darkwater (1920), DuBois describe una manera en que mintió a sus estudiantes:

“Yo luchaba en serio deshaciendo poses en mis clases. Intentaba ser honesto y franco, pero era amargamente difícil. ¿Tú que dirías a una dulce cara morena rodeada de una aureola de miles de olas de cabello negro-gris cuando te pregunta: ‘¿Usted confía en la gente blanca?’” No confías en los blancos y sabes que no confías en ellos aunque quisieras hacerlo, pero mientes y dices que sí. Tienes que decirlo por la salvación de ella y del mundo. Repites que ella tiene que confiar en ellos, que la mayoría de los blancos son honestos, y todo el tiempo sabes que estás mintiendo, y cada ojo penetrante y silencioso en la sala sabe que estás mintiendo, pero sigues sentado ahí miserablemente mintiendo para la mayor gloria de Dios”. p. 47.
W.E.B. DuBois, de Darkwater

Desde aquel día (en 1920) hasta el día de hoy casi un siglo después, las y los maestros mienten a sus estudiantes sobre el verdadero carácter de esta nación y sobre lo que puede ser su papel en ella en el futuro. Y cuando lo hacen, los niños y niñas lo saben, y la luz en sus ojos se apaga.

Las escuelas se vuelven una prisión, donde la verdad se encuentra en una celda.

Cuando enlodas la mente de un niño, de una niña, no tienes que preocuparte por los conductos. ¡Esa mente ya está en prisión!

Lo demás es simplemente una formalidad.

Hace varios días la ciudad de Filadelfia cerró casi 40 escuelas. ¡40 escuelas!

¿Por un descenso de población? No. Porque los gobiernos de las ciudades han
saqueado el presupuesto escolar.

Los funcionarios electos se han vendido y han vendido el sistema de educación pública.

Por eso, la educación equivale el encarcelamiento, porque encarcelar a la mente significa encarcelar el futuro, las esperanzas, el destino de una persona.

Hace falta una revolución popular en la educación para prender la luz en los ojos de los niños y niñas de nuevo.

Hace falta organizar las Escuelas de Libertad (Freedom Schools). Y tenemos que hacer lo que hasta el gran DuBois no era capaz de hacer ––decirle la verdad a los niños, porque pueden soportarla.

Ellas y ellos necesitan saber que lo que ven, lo que perciben, lo que sienten es real.

Y válido.

Y cierto.

Ahí empieza la educación.

¡Comencemos!

Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.

 © ‘13maj
30 de enero de 2013
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México

http://amigosdemumiamx.wordpress.com/2013/02/11/educacion-encarcelamiento/


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Mumia Abu-Jamal #AM8335
SCI Mahanoy
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Frackville, PA 17932


"No voy a decirle a la gente qué hacer o cómo organizarse. Ya sabe hacerlo. Creo en
la gente. La gente nunca te falla. Hace lo correcto porque sabe en su corazón lo que
es correcto. Mis respetos." —MAJ