Arte y encarcelamiento

Arte y encarcelamiento

por Mumia Abu-Jamal

Cuando consideramos el arte y el encarcelamiento, esto al principio nos parece un oxímoron, una asombrosa incongruencia. Pero en realidad, estas insulsas cajas de almacenamiento humano están repletas de arte, a punto de reventar.

Para la gente con ojos que vean, las artes rompen las barreras como la luz de sol en una mañana de Pascua. Hay una asombrosa cantidad de talento oculto tras estos muros, hasta que a mí me cuesta trabajo creerlo.

Pero no nos debe sorprender que muchos jóvenes se vean como raperos, porque el rap, el hip hop, es su forma artística dominante. Y si pasas tiempo con gente que tiene menos de 30 años, escucharás los ritmos cadenciosos del rap cuando cantan la obra de alguien que aparece en video o una composición original.

El rap es, pues, el rap. Una forma de arte verdaderamente democrática en la que cada chavo se ve como el próximo Biggie o el próximo Tupac.

Pero esto no es todo. He visto a hombres tocar teclados con ternura, gracia y un inmenso talento.

Para unos presos, un teclado es simplemente un instrumento para crear los beats, pistas de base para un rap.

Otros tocan los estándares del R&B ––de Stevie Wonder o los Temptations. Y otros más tocan sus composiciones originales, obras de bastante imaginación con dulzura y luz. Algunos tocan en la capilla de la prisión, acompañando a los sermones o las canciones de góspel.

El hecho de que este increíble talento exista en este lugar es especialmente
notable porque aquí no hay clases de música. Los hombres aprenden de otros hombres o se enseñan a si mismos por ensayo y error o con lo que logran estudiar en libros.

Les tengo una historia. Hay un joven aquí quien adora la música, como muchos otros jóvenes de su edad, aunque él nunca ha tenido la fortuna de estudiarla o tocar un instrumento. Le han dicho durante toda su vida que tiene dificultades de aprendizaje y como resultado, lee con mucha dificultad. Hace unos meses adquirió un teclado. ¡La primera noche produjo tres beats! A unas pocas semanas, él y su compañero de celda grabaron una canción con un beat pegajoso de hip hop, pero entretejido con el ritmo fluía un extraordinario solo de jazz, el sonido ligero y fantasioso del saxofón soprano. No era simplemente bueno, ¡era excelente!

Le pregunté al joven: ¿Quién tocó esto?

Me contestó: Yo.

Le pregunté: ¿Cómo lo hiciste? ¿De dónde vino?

Dijo: Lo escuché.

Le pregunté: ¿Pero qué quieres decir? ¿Que lo escuchaste en la radio?

Dijo: No hombre, lo escuché en mi cabeza.

Me quedé atónito.

Sin embargo, el encarcelamiento puede liberar muchos talentos ocultos de la gente enjaulada.

He visto dibujos en lápiz o pluma, pinturas en acuarela o acrílico, hasta esculturas con un asombroso nivel de oficio, destreza y visión ––obras de arte que se podría exponer en cualquier museo o galería del país, hechas por presos.

Y poesía que te deja sin aliento o te hace llorar.

Oculto tras ladrillos y acero, en la sombra de una celda, solo ––el arte vive.

El arte es lo que nos hace humanos.

Y en este lugar, en el más inhumano de todos los lugares, el arte vive.

Expresivo, de colores brillantes, resplandeciente, original, con mágicos ecos de creatividad. Aún vive.

Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.

 © ’12 maj
29 de noviembre de 2012
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Traducción Amig@s de Mumia, México

http://amigosdemumiamx.wordpress.com/2012/12/24/arte-y-encarcelamiento/


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Mumia Abu-Jamal #AM8335
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"No voy a decirle a la gente qué hacer o cómo organizarse. Ya sabe hacerlo. Creo en
la gente. La gente nunca te falla. Hace lo correcto porque sabe en su corazón lo que
es correcto. Mis respetos." —MAJ