Los Otros Medios

NUESTRA PALABRA, NUESTRA ESPERANZA

Tres fueron las palabras primeras,
tres mil veces tres se nacieron otras tres
y así se llenó el mundo de palabras...
las tres primeras de todas las palabras y de todas las lenguas son
democracia, libertad, justicia.

El presente texto es un documento de trabajo que intenta dibujar las ideas y experiencias que a lo largo de los años de lucha se han conformado dentro del campo de los medios libres, alternativos o independientes oaxaqueños. No se trata de unificar las diferentes perspectivas sobre el tema sino al contrario, mostrar la diversidad de opiniones, pensamientos y creencias que se han manifestado desde nuestros pueblos y comunidades y mostrar al mismo tiempo cómo esas diferencias nos han permitido caminar juntos, cada quien a su modo, hacia la construcción y reivindicación de nuestra palabra, de nuestras voces y así, juntos y diferentes, hacer de nuestras palabras y voces una esperanza.

1. Nuestra voz acallada: breve historia del silencio.

En el principio era el silencio, hasta que llegaron nuestros abuelos e hicieron nacer la palabra, junto con el maíz y la vida comunitaria. Pero luego volvió el silencio, y esta vez no fue un silencio voluntario sino un silencio a la fuerza, la que los conquistadores impusieron sobre nuestros abuelos para hacer callar sus voces e imponer la suya. A sangre y fuego trataron los conquistadores de silenciar nuestras voces y así mero creyeron lo había logrado, pero nuestros abuelos eran muy listos y abusados y no permitieron que sus voces se olvidaran o se perdieran y así fue como empezó la lucha por no silenciar nuestra palabra y ahí se mantuvo por más de 500 años la violencia que de distintos modos ha tratado de silenciarnos. La resistencia de nuestros pueblos ha sido dura y así también es la realidad que hoy vivimos.

Como jóvenes perdimos la oportunidad de aprender nuestras lenguas y con todo el dolor vemos cómo éstas se van perdiendo y olvidando. La falsa idea de progreso y desarrollo nos ha llevado a aprender la lengua del dominador antes que la nuestra. La falsa idea de educación nos ha herido en el corazón mismo de nuestras comunidades y ahora vemos como nuestros niños aprenden primero a hablar el español y algunos ya ni siquiera aprendemos nuestras propias lenguas.

El mundo en el que hoy vivimos l@s jóvenes oaxaqueñ@s nos ha llevado muchas veces a pronunciar convencidos las palabras: “poder”, “competencia”, “éxito”, como si éstas fueran las más importantes y las que todos debiéramos saber. Pero hoy nos damos cuenta que eso es falso, porque a cambio nuestros pueblos gritan desde hace más de 500 años: “¡Déjennos en paz!” Lo que puede traducirse como: “respeten nuestra autonomía” y “mejor, construyamos juntos desde la compartencia”.

El grito de nuestros pueblos resuena hoy en nuestros corazones y ya no hay más silencio.

Ahora, hemos vuelto la vista hacia nosotros mismos y nos hemos dado cuenta que gracias a la palabra de nuestros pueblos y comunidades, hoy podemos decir que nuestra voz sigue viva, como jóvenes podemos decir que la palabra de nuestros abuelos no está perdida. Pero esto nos lleva a luchar, a resistir para evitar más el silencio, ese silencio que los de arriba nos han impuesto como un “aquí no pasa nada”, pero que nosotros les respondemos con un grito más fuerte: ¡YA BASTA!

2. Nuestra palabra.

La lucha por hacer escuchar nuestra palabra tiene hondas raíces. Durante el año 2006 el
esfuerzo por hacernos escuchar se revitalizó y se convirtió en uno de los pilares del movimiento popular oaxaqueño. El gobierno autoritario comenzó con una campaña de desprestigio hacia los maestros desde el 22 de mayo, cuando instalaron un plantón en el zócalo de la ciudad de Oaxaca. Con frases como “maestro al salón y no al plantón” se criminalizaba la lucha magisterial desde los medios comerciales radiofónicos, pero el movimiento magisterial hizo nacer Radio Plantón, la voz del movimiento, que rompía el cerco informativo.

Radio plantón jugó un papel importante durante los primeros días del movimiento, pero el 14 de junio fue destruida en un operativo policial que tenía como objetivo acallar nuestra voz, una vez más. Sin embargo, a cambio se retomó Radio Universidad; además, el 1 de agosto un grupo de mujeres oaxaqueñas se apropiaron del canal local y tiempo después, la mañana de un 21 de agosto el movimiento popular se apropió de trece radiodifusoras comerciales. Desde estos medios se escuchó de todo: amas de casa hablando de política y neoliberalismo, oratoria, poesía, llanto, muestras de apoyo, mentadas de madre para Ulises Ruiz, reflexiones sobre marxismo, convocatorias a la movilización y muchas cosas más.

La imaginación popular fue más allá, no sólo a través de las ondas sonoras se hacía hablar a un pueblo silenciado por la fuerza, también los cerros mandaban mensajes con piedras encaladas, mantas por doquier en la ciudad, tapetes en el centro histórico, grafitis en los muros, mantas, letreros, cartulinas, el son de la barricada, etc, etc,.

Pero llegó el momento de la embestida y cuando creíamos que habíamos ganado resultó que una vez más trataron de silenciarnos mediante la fuerza y la violencia. Las radios tomadas por los oaxaqueños fueron balaceadas en varias ocasiones; el canal local fue recuperado por la policía, el compañero Lorenzo San Pablo fue muerto el 22 de agosto en las inmediaciones de la Radio La Ley; y dos meses después, Brad Will miró a través de su lente a quien habría de quitarle la vida. Las radios que por momentos fueron nuestras trasmitían días después la canción de moda como si nada hubiera pasado, como si nadie hubiera hablado antes, como si nuestra palabra fuera el olvido.

Entonces nos dimos cuenta que nos había fallado algo y volvimos hacia nosotros mismos y vimos que no era ahí donde éramos fuertes, que esas radios pensadas como nuestras ya tenían dueño: el Poder y la Violencia. Nos desalojaron, nos torturaron y mataron, pero no pudieron silenciar nuestra palabra y cuando miramos hacia nosotros, replegados por la fuerza, nos dimos cuenta que no habían podido quitarnos nuestras radios comunitarias, ni los medios libres e independientes, porque esos sí eran nuestros. Que no nos podían quitar nuestra palabra.

3. Los otros medios

Hoy, las voces que exigen una información veraz y crítica resuenan de nuevo en nuestro país.

El movimiento #Yo Soy 132 ha desenmascarado la complicidad de los medios “de información y comunicación” con los poderes políticos y económicos, el proyecto de “pan y circo” para el pueblo, denunciando a los medios de “comunicación” como instrumentos de dominación nacional y como herramientas al servicio del poder político.

Sabemos ahora que de los diez hombres más ricos de México, cinco se encuentran en las mesas directivas de las televisoras; conocemos del pacto entre Televisa y Enrique Peña Nieto (EPN) para publicitar su imagen a diestra y siniestra, supimos de las encuestas de Milenio; recordamos las palabras del dueño de televisa pronunciadas en 1972: “hago televisión para jodidos porque México es un país de jodidos”.

El movimiento #Yo soy 132 a nivel nacional propone que “si queremos una democracia
auténtica, será ineludible la democratización de los medios”. ¿qué significa democratizar los medios? ¿cuáles medios hay que democratizar?. En Oaxaca pensamos que la mirada no debe estar puesta hacia arriba; nuestras reflexiones nos llevan por otros caminos y consideramos que es a través del fortalecimiento de nuestras propias formas y medios de difusión de la información, de nuestra palabra, en nuestras comunidades y espacios, como podemos hacer frente al sistema de manipulación mediática que se ejerce sobre la sociedad mexicana y al mismo tiempo, construir, desde abajo y con la gente, nuestros propios medios de información verdaderamente libres. Frente a la imposición, autonomía. Y más que democratizar, comunalicemos los medios de información a nuestro alcance, y labremos otros, creando redes cuya divisa sea el trabajo compartido. Formemos regiones mediáticas, basadas en nuestros propios medios, desde donde podamos, junto con las comunidades y organizaciones de base, ampliar nuestra autonomía, en ámbitos como el del aprender, comer, sanar, recordar, etc. Frente a la imposición, compartencia. En Oaxaca #Somos 132.

En Oaxaca pensamos que la palabra se comparte, no se compra ni se vende. Los otros medios, aquellos verdaderamente nuestros y verdaderamente libres, han demostrado que sí es posible, que sí se puede dejar de mirar hacia arriba y construir juntos desde abajo nuestros propios medios, difundir y hacer escuchar nuestras voces, a través de las radios comunitarias, de los proyectos audiovisuales independientes, de la gráfica alternativa, a través de la recuperación de nuestras prácticas cotidianas de entendimiento y difusión: la campana, el tocadiscos, el altavoz, el caracol.

Desde nuestra palabra simple queremos compartir nuestro pensar a quienes hoy luchan por medios justos o libres, queremos compartirles nuestro sentir de que fortaleciendo los otros medios podremos reconstruir nuestras voces y hacernos escuchar. Esta es nuestra lucha, una lucha que tendrá inevitablemente que enfrentar al sistema que nos oprime y que tiene su expresión más clara en el Estado; pero será una lucha distinta, una que haremos desde nuestro terreno, con nuestr@s herman@s, donde somos fuertes: desde nuestras radios, desde nuestros medios, compartiendo entre nosotr@s; y esto nos da la convicción de que en ese terreno -el de las regiones mediáticas que generemos con el trabajo cotidiano y el intercambio entre medios alternativos-, podremos participar tanto en el desmantelamiento sin violencia del capitalismo, como en la siembra de la semilla de esa otra sociedad con la que soñamos y que ya está entre nosotros.

¡En un mundo de mentiras decir la verdad es un acto revolucionario!

¡No Odies los Medios! ¡Siémbralos Libres!

Comisión provisional de medios en Oaxaca, de la Segunda Convención Nacional contra la Imposición, Oaxaca 2012

Ver en línea : YoSoy132